Este Mundial se juega en Brasil. Y eso anoche se notó en el partido que abría la competición. En el inacabado pero original Arena do Corinthians, en Sao Paulo, se dieron cita la anfitriona (y gran favorita, no nos engañemos), pentacampeona Brasil y la joven y buena selección croata. Los balcánicos, con el gran Luka Modric encumbrándose como capitán del medio campo, plantaron mucha cara a los brasileños, que se hicieron con una victoria poco brillante y aún menos justa.
Desde el minuto 1, se notó cuál era la intención del seleccionador Niko Kovac (aún más jugador que entrenador): tener el balón y aprovechar cualquier hueco que dejase la canarinha atrás. Hay que decir que la defensa no estuvo mal, pero los puñales Rakitic, el mencionado Modric y Kovacic, sumados a la incorporación de Ivica Olic por la izquierda, pusieron en aprietos a los locales. Tanto que, en uno de los centros que el delantero del Wolfsburgo mandó al área, el balón acabó en la portería, con la inestimable ayuda de Marcelo, que estaba todavía escuchando el himno. Dicho himno a capela, la grada y sus esperanzas y el aura que se respiraba en el Arena en general, parecieron superar por momentos al conjunto de Luiz Felipe Scolari, que parecía encomendarse sólo a Neymar Jr. para conseguir algo. Y no fue un espejismo. El delantero del FC Barcelona cuajó un gran partido (nombrado MVP por la FIFA) y sobre todo, muy peleado. El empate fue un golazo que se sacó de la manga, con una conducción en el medio que prometía mucho, y no fue para menos. Tiro raso cruzado, fuera del alcance de un Pletikosa que se estiró mucho, pero no llegó al palo, donde sí lo hizo el Brazuca impulsado por Ney. Quedaban 15 minutos de primera parte, que fueron tranquilos.
Pero la tranquilidad no siguió en la segunda parte. A los pocos minutos de empezar, el colegiado japonés Nishimura señaló un penalti bastante dudoso (inexistente) sobre Fred, que notó una caricia del central Lovren y decidió probar cómo estaba el césped del estadio. La polémica llegaba ya al Mundial desde el primer partido. Neymar se dejó de polémicas y remontó el partido, transformando el penalti, a pesar del toque del arquero croata antes de entrar entre los tres palos. Brasil ya lo había conseguido.
Pues no. La tranquilidad no llegó hasta el 90', cuando Oscar (algo desaparecido en la creación de juego brasileño) mandó a la red un punterazo desde fuera del área, ya con la defensa croata desguarnecida y en una contra después de que Rakitic casi hiciese el gol del empate. Desde el 2-1 al 3-1, Croacia se rehízo, con muchos arreones sobre la portería de Julio César. A destacar un gol anulado por falta de Olic sobre el portero brasileño, muy flojita pero sancionable (y aumentando la polémica).
Al término de los 90 minutos, ya se pudo notar que el Mundial se juega en Brasil. La canarinha se hizo con los primeros tres puntos de la competición sin elaborar un fútbol muy claro. Pero los consiguió, que es lo importante. Que empiece la fiesta.
Brasil (Neymar Jr. (x2), Oscar) 3-1 Croacia (Marcelo, pp.)
Arena do Corinthians, Sao Paulo. 12 de Junio de 2014.
Crónica realizada por: Sergio Díaz Alonso (@SergioDiaz_20)
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