lunes, 21 de mayo de 2012

Final Champions League 2012. Crónica.


El fútbol por fin fue justo. Muchas veces el deporte rey nos depara sorpresas, para unos buenas y para otros, malas. El Chelsea solía estar entre los perjudicados, fuera por falta de suerte, errores arbitrales claros, goles fantasma o tandas de penaltis. En la UEFA Champions League 2011-12 ha tenido muchas de esos factores a su favor. Bueno no, sólo han sido dos. La suerte que le faltó al Chelsea en esas semifinales contra el Liverpool, cuando eran entrenados por José Mourinho y los reds les eliminaron en semifinales en 2005 y en 2007, ésta última ocasión por la lotería de los penaltis. No hablemos de las semifinales ante el Barça en 2009, con Ovrebo saltándose las reglas y perjudicando a los blues claramente. Aunque el colmo se produjo un año antes. Los entrenados por Avram Grant llegaron a la final de la Champions ante el Manchester United.

 Empataron a 1 y fueron a penaltis. Cuando tenían todo a su favor, Terry resbaló y su balón se estrelló en el poste de la portería de Van der Sar. Los red devils de Cristiano Ronaldo se terminaron llevando el título.
Todo este conjunto de hechos se iba a dar la vuelta el 19 de Mayo de 2012. Después de tanto dinero, nuevos fichajes, fracasos y algunos títulos en 9 años, llegó el gran objetivo al que aspiraba Roman Abramovich cuando compró el club en 2003. Justo cuando peor pintaban las cosas: Villas-Boas fue cesado, el vestuario no estaba unido y los pilares del equipo no eran importantes. Roberto Di Matteo es el principal culpable de todo esto. Fue capaz de relevar el puesto de su jefe (ya que era el segundo entrenador del portugués) con toda la autoridad posible. Dejó todo el peso del equipo a los clásicos, los que llevan ahí media vida y los que de verdad son los líderes del equipo: Frank Lampard, John Terry y Didier Drogba. Sin olvidarnos de Petr Cech, aunque éste siempre ha sido titular. Estos cuatro fueron capaces de reflotar este conjunto que, con la ayuda de los novatos y, los no tan novatos, es capaz de hacer las cosas bien. Así ganaron la FA Cup y así han ganado la Champions League.

El partido fue malo. Hasta el minuto 80. Un equipo siempre estaba con el balón, el Bayern. El otro, se sentía cómodo sin él. Esa comodidad londinense para defender le puso nervioso al conjunto bávaro que, a pesar de su dominio, no consiguió llegadas y oportunidades claras en la meta de Cech. Las que tuvo ni fueron claras ni fueron buenas. A Mario Gómez le caía algún balón de la banda y la mandaba arriba. Müller se tenía que fabricar los tiros. Ribéry sólo corría, nada más. Y Robben… ya hablaremos después del holandés. Eso si, iniciativa no les faltaba, aunque Schweinsteiger y Kroos no podían recibir la bola en la medular tranquilos, por lo que la creación se vio bastante afectada. Todo ello sumado al buen posicionamiento blue hizo del partido un aburrimiento.


Se calentó de verdad en el 83. En un centro de Toni Kroos por la izquierda surge el cabezazo de Müller. Mario Gómez le dejó solo gracias a su choque limpio con Ashley Cole, su supuesto defensor. El delantero con apellido puramente futbolístico remató no muy bien, botando la pelota abajo, subiendo hasta el larguero y bajando de nuevo para batir a Cech, que no pudo hacer absolutamente nada. Celebración, quedaban 5 minutitos, aguantamos y final ganada en nuestro propio estadio. Eso mismo pensaría Jupp Heynckes, que sacó al goleador y metió al defensa más físico del equipo, Van Buyten.

Minuto 88. Córner. Saca Mata con la zurda. Drogba pega un salto inmenso anticipándose al defensa en el primer palo. Cabezazo impresionante. Empate a 1. Quedan 2 minutos. Y, ¿ahora qué, muniquenses? Drogba salvó al equipo de su vida cuando más lo necesitaba. Y le querían echar.

Pues que nos vamos a la prórroga. Nada más empezar, volvió el fantasma de la mala suerte a los azules. Más concretamente a Drogba, que cometió un absurdo penalti sobre Ribéry que le podía haber costado la final a su equipo. Gracias a Dios, Cech paró el penalti a Robben. Bueno, más bien, Robben falló el penalti. Un poco de cabeza, Arjen. Si hay gente que tira los penaltis mejor que tú no te la juegues, hombre. Ya lo hizo en el Westfalenstadion, tirando la Bundesliga. Otra vez.

Sin más dilación ni oportunidades se fue el partido a la tanda de penaltis. Sonrisas y lágrimas. Maracanazo o Campeón anfitrión. Empezó Lahm, que lo metió fácil. Nuestro Juanín Mata, que no hizo mucho en ataque en el partido, tiró por la izquierda, pero Neuer paró. Todos los siguientes metieron su penalti (incluido Neuer, que tiró el tercero) hasta que el marcador iba 3-2. Ivica Olic pagó los platos rotos del equipo tirándolo por la izquierda, fácil de parar para Cech. Ashley Cole marcó el empate a 3. Turno de Schweinteiger. El chico canterano, del Bayern de pura cepa, el heredero de Effenberg, el que metió el penalti decisivo en las semifinales ante el Real Madrid, lo falló. Lo tiró mal, muy mal. Dio al palo, aunque Cech ya le había adivinado el sitio. Era la hora. El decisivo 5º penalti no lo podía tirar otro. Didier Drogba. Ídolo, mito absoluto. Engañó a Neuer por la derecha para tocar el cielo de una vez por todas. Uno de los mejores jugadores africanos de todos los tiempos, eso está claro. Bien merecido lo tenía porque, ¿qué ha hecho malo el gran Didier en todos estos años? Yo creo que nada. La primera Champions League de la historia del Chelsea va por mucha gente, pero sobre todo por él.

El marfileño se encargó de levantar la orejuda junto a su compañero y amigo Frank Lampard. No hablemos de si serán sus últimos partidos juntos, pensemos en lo que han hecho en estos maravillosos años.
El menos favorito de todos se llevó la Champions. Maracanazo en Múnich. Enhorabuena Chelsea FC.

Final de la UEFA Champions League 2011-12.
FC Bayern München 1 (3) – 1 (4) Chelsea FC
Sábado, 19 de Mayo de 2012.
Escrito por: Sergio Díaz Alonso.

Twitter: @SergioDiaz_20.

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