La historia de un pueblo de las Islas Canarias es clara. Este poblado situado en las Palmas fue colonizado por Cristóbal Colón en una de sus expediciones al continente desconocido. Cuenta la leyenda, que el barco que desembarcó en esa zona canaria estaba lleno de marineros del norte de España, y precisamente el nombre de Arguineguín podría pertenecer del euskera argin-egin que significa "Dame la luz".
Parece que los marineros que desembarcaron en Arguineguín predecían el futuro, pues el nombre que le dieron a aquella zona es perfecto para definir a sus personajes más importantes: Juan Carlos Valerón y David Jiménez Silva. Son la clase de jugadores que al verlos por primera vez te apasionan y deseas verles jugar mil veces más. Convierten jugadas sin apenas peligro en el medio del campo y rodeados de defensas, en una genial asistencia digna de un mago, de un mago de Arguineguín.
Precisamente uno de estos magos está destacando en la Premier League y tiene a la prensa inglesa, y en definitiva a la prensa mundial, puestas a sus pies. Sus asistencias son dignas de un visionario, de un perfecto matemático que calcula hasta el mínimo detalle para calcular el ángulo de inclinación y medir un pase preciso al pie del compañero y dejarle el gol servido. Silva es así. Esa clase de jugadores que enamoran, esa clase de jugadores que nunca te cansas de ellos, esa clase de jugadores que sin duda alguna dejarán huella en tu vida.
Para más inri, Silva está acompañado de un elenco de estrellas jamás visto en la Premier, rodeado de unos jugadores de primerísimo nivel pero que deben rendirse a un mago canario, a un genio salido de un volcán, al mejor jugador de la Barclais Premier League que ilumina el camino al cualquier equipo para conseguir la victoria.
Escrito @Adri_Sanchez_10
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