El Mundial se está acabando. Parece mentira, pero ya han pasado tres semanas de competición. Tres semanas en las que ha habido emoción -mucha emoción-, sorpresas, futbolistas que explotan o actuaciones que serán recordadas a lo largo de los años, y tal vez de las décadas. Pero sobre todo, lo que ha predominado en esta Copa del Mundo ha sido el FÚTBOL. Numerosos estilos de juego se han dado, y algunos de ellos han conseguido derribar muros infranqueables. O si no que se lo digan a Holanda. Esa defensa de cinco ideada por Van Gaal (absolutamente elogiado por la prensa por sus sistemas) ha conseguido llegar hasta las semifinales hasta que les eliminó Argentina por penaltis, dejando fuera a grandes equipos, siendo el primero de ellos nuestra selección española, absolutamente abatida en su debut en Salvador de Bahía por los 'oranje'. Esa defensa de cinco con Blind en el lateral izquierdo (aunque con ganas de tener el balón y con un gran toque), el trío de centrales Martins Indi, De Vrij, Vlaar y Janmaat por la derecha, consiguió desquiciar a la Roja, que se quedó blanca -y no sólo hablo de la equipación- cuando sus víctimas en Sudáfrica se tomaron la revancha. Cinco golitos les cayeron, dos de Robben, dos de Van Persie y uno de De Vrij, con previa falta a Casillas. Un Casillas que, sin duda, tuvo una de sus peores actuaciones. El segundo gol de Van Persie fue un regalo absoluto, y en el segundo también de Robben pudo hacer algo más. Paliza absoluta. Que empiece el campeonato con un resultado como éste fue raro, pero emocionantísimo a la vez. La selección holandesa bajó algo el listón ante Chile y Australia, pero consiguió acabar la fase de grupos como la más goleadora, con diez goles. Después llegaron México y aquella polémica remontada con goles de Sneijder y Huntelaar de penalti muy dudoso cometido sobre Robben. Los mexicanos, que había luchado mucho en la fase de grupos, logrando empatar a Brasil, se fueron con las manos vacías a casa. Así como la selección costarricense en cuartos, la auténtica revelación del Mundial tras reinar en un grupo que tenía a Uruguay, Inglaterra e Italia. Los dos últimos a casa en primera fase.
El fútbol europeo ha llorado en Brasil. Si no fuese por Alemania, qué sería del viejo continente. Parece mentira que tantas hayan ido cayendo. España la primera, estrepitosamente. Después Inglaterra, Croacia, Italia, Portugal... Todo ha ido mal para los europeos en este mundial. Pero bueno, creo que Alemania meta siete goles... perdón, quería decir: SIETE GOLES a BRASIL en una SEMIFINAL de la Copa del Mundo que se juega en casa del pentacampeón, ha arreglado todo. Pretendo decir algo sobre el partido del martes, pero la verdad es que cualquier cosa se quedaría corta. Lo dejaré en histórico. La magnitud del ya apodado 'Mineirazo' ha sido -y será- tal que el país del fútbol, la samba y la alegría será por un tiempo el país de la samba y de la alegría (y no mucha). El modelo brasileño, basándose más en el himno, la épica, Neymar, las protestas incoherentes a la FIFA y un entrenador que pone a Fred de titular, ha dejado de ser efectivo. Ya estuvo a punto de hacerlo ante Chile en Octavos, con ese bendito/maldito larguero de Pinilla en la prórroga, y casi también contra la Colombia del consagrado James Rodríguez, el que para mí es sin duda el mejor futbolista del mundial. Pero volvamos a la mentira canarinha: sin un equipo en condiciones, fue desmontada por la apisonadora germana. Los de Joachim Löw no tuvieron piedad. Histórico, como he dicho, fue el partido, pero sobre todo la primera parte. Entre el minuto 10 y el minuto 30, Alemania, vestida de Flamengo para la ocasión, metió nada más y nada menos que cinco goles. Increíble cómo un equipo puede funcionar así. Kroos y Khedira no hicieron un partido perfecto. La perfección se queda corta para ellos. Y si encima tienen al crack de Müller, al máximo goleador de la historia de los mundiales (el señor Miroslav Klose, batiendo el récord de Ronaldo con 16 goles) y a una bala que sale desde el banquillo en la segunda parte y hace doblete llamada Schürrle, todo parece más fácil. Ver para creer. Ni mencionaré el gol de Oscar. Alemania ganó a Brasil por un gol a SIETE. A lo mejor abuso de las mayúsculas, pero no lo creo. A la final de nuevo los germanos, doce años después de ser el verdugo de Brasil. Qué grande es el fútbol.
La otra clara protagonista es Argentina. La selección de Alejandro Sabella ha conseguido el billete a Maracaná sin pena ni gloria. ¿Con un juego rácano? Sí. ¿Tirando mucho de su estrella? Sí. ¿Sin merecimiento? Puede, pero no lo creo. Contra Suiza estuvieron hasta las cuerdas y un ángel llamado Di María consiguió romper el entramado helvético. Y lo mismo contra Bélgica, un gol solitario del Pipa Higuaín que valió su peso en oro. Todo el equipo está compactado para que se de la ocasión y algún hombre de ataque consiga su golito. ¿Y para qué queremos más? En semifinales el juego no fue distinto, sino que fue aún más compacto. La defensa y el medio han ido cambiando de nombre (Basanta, Rojo; Fede Fernández, Demichelis; Gago, Biglia) pero la seguridad estaba fija, salvo alguna pájara que le diese en algúna falta ante Suiza dejando rematar a Dzemaili solo al lado de la portería. Por lo demás, aparte de la locura incontrolable de Sergio Romero, correcto. El jefecito volvió a convertirse en jefazo y Messi dejó los vómitos en Barcelona y está haciéndolo bastante bien, sobre todo en la primera fase, con cuatro goles decisivos en los tres primeros partidos. Lo único negativo son las lesiones. Di María se lesionó ante Bélgica y Agüero lo hizo en primera fase. Pero Lavezzi e Higuaín lo están haciendo bien arriba, y abajo también, que se lo digan al del PSG.
Ahora sólo nos quedan dos partidos. El del perdón o la vergüenza, también llamado Brasil-Holanda o partido por el tercer y cuarto puesto, y la gran final. La historia se volverá a escribir con protagonistas argentinos o alemanes, como pasó tantas y tantas ocasiones. Beckenbauer, Kempes, Maradona, Klinsmann, Goycoechea, Brehme... ¿quién será el siguiente? Messi, Müller, Klose, Di María (si es que llega)... el domingo en Maracaná (más histórico aún) saldremos de dudas. El Mundial se va acabando... pero la historia está empezando a escribirse de nuevo. Qué grande es el fútbol.
El fútbol europeo ha llorado en Brasil. Si no fuese por Alemania, qué sería del viejo continente. Parece mentira que tantas hayan ido cayendo. España la primera, estrepitosamente. Después Inglaterra, Croacia, Italia, Portugal... Todo ha ido mal para los europeos en este mundial. Pero bueno, creo que Alemania meta siete goles... perdón, quería decir: SIETE GOLES a BRASIL en una SEMIFINAL de la Copa del Mundo que se juega en casa del pentacampeón, ha arreglado todo. Pretendo decir algo sobre el partido del martes, pero la verdad es que cualquier cosa se quedaría corta. Lo dejaré en histórico. La magnitud del ya apodado 'Mineirazo' ha sido -y será- tal que el país del fútbol, la samba y la alegría será por un tiempo el país de la samba y de la alegría (y no mucha). El modelo brasileño, basándose más en el himno, la épica, Neymar, las protestas incoherentes a la FIFA y un entrenador que pone a Fred de titular, ha dejado de ser efectivo. Ya estuvo a punto de hacerlo ante Chile en Octavos, con ese bendito/maldito larguero de Pinilla en la prórroga, y casi también contra la Colombia del consagrado James Rodríguez, el que para mí es sin duda el mejor futbolista del mundial. Pero volvamos a la mentira canarinha: sin un equipo en condiciones, fue desmontada por la apisonadora germana. Los de Joachim Löw no tuvieron piedad. Histórico, como he dicho, fue el partido, pero sobre todo la primera parte. Entre el minuto 10 y el minuto 30, Alemania, vestida de Flamengo para la ocasión, metió nada más y nada menos que cinco goles. Increíble cómo un equipo puede funcionar así. Kroos y Khedira no hicieron un partido perfecto. La perfección se queda corta para ellos. Y si encima tienen al crack de Müller, al máximo goleador de la historia de los mundiales (el señor Miroslav Klose, batiendo el récord de Ronaldo con 16 goles) y a una bala que sale desde el banquillo en la segunda parte y hace doblete llamada Schürrle, todo parece más fácil. Ver para creer. Ni mencionaré el gol de Oscar. Alemania ganó a Brasil por un gol a SIETE. A lo mejor abuso de las mayúsculas, pero no lo creo. A la final de nuevo los germanos, doce años después de ser el verdugo de Brasil. Qué grande es el fútbol.
La otra clara protagonista es Argentina. La selección de Alejandro Sabella ha conseguido el billete a Maracaná sin pena ni gloria. ¿Con un juego rácano? Sí. ¿Tirando mucho de su estrella? Sí. ¿Sin merecimiento? Puede, pero no lo creo. Contra Suiza estuvieron hasta las cuerdas y un ángel llamado Di María consiguió romper el entramado helvético. Y lo mismo contra Bélgica, un gol solitario del Pipa Higuaín que valió su peso en oro. Todo el equipo está compactado para que se de la ocasión y algún hombre de ataque consiga su golito. ¿Y para qué queremos más? En semifinales el juego no fue distinto, sino que fue aún más compacto. La defensa y el medio han ido cambiando de nombre (Basanta, Rojo; Fede Fernández, Demichelis; Gago, Biglia) pero la seguridad estaba fija, salvo alguna pájara que le diese en algúna falta ante Suiza dejando rematar a Dzemaili solo al lado de la portería. Por lo demás, aparte de la locura incontrolable de Sergio Romero, correcto. El jefecito volvió a convertirse en jefazo y Messi dejó los vómitos en Barcelona y está haciéndolo bastante bien, sobre todo en la primera fase, con cuatro goles decisivos en los tres primeros partidos. Lo único negativo son las lesiones. Di María se lesionó ante Bélgica y Agüero lo hizo en primera fase. Pero Lavezzi e Higuaín lo están haciendo bien arriba, y abajo también, que se lo digan al del PSG.
Ahora sólo nos quedan dos partidos. El del perdón o la vergüenza, también llamado Brasil-Holanda o partido por el tercer y cuarto puesto, y la gran final. La historia se volverá a escribir con protagonistas argentinos o alemanes, como pasó tantas y tantas ocasiones. Beckenbauer, Kempes, Maradona, Klinsmann, Goycoechea, Brehme... ¿quién será el siguiente? Messi, Müller, Klose, Di María (si es que llega)... el domingo en Maracaná (más histórico aún) saldremos de dudas. El Mundial se va acabando... pero la historia está empezando a escribirse de nuevo. Qué grande es el fútbol.